Las cosas que me gustan

Desayunar al aire libre, cenar bajo la luna, troncharme con mi hija, las cajas de muchísimos lápices de colores, el ratán, el silencio, los trenes, las librerías de segunda mano, callejear por el centro de las ciudades y meterme en cada tiendecita que no conozco, los cuentos infantiles y leérselos a Julieta y León, Francia entera, los cojines, periquear con mis cuñadas, las mantas suaves, las mujeres y los hombres buenos, la ausencia de soberbia en las personas, el otoño, los jersey de ochos pero con el cuello muy abierto, nadar, los museos, el teatro, ir completamente sola al cine y que las palomitas sean dulces, ver series buenas, buscar excusas para no sacar la ropa de verano que es por lo que estoy escribiendo este largo post, Florencia, mis sobrinos, leer y escribir en el campo, pasear al caer la tarde por un bosque mágico y que se haga de noche justo cuando llego al final de mi camino, el humor Inglés, la gente sencilla, los hombres que cocinan bien, reírme con mis amigas con un vermout delante y unas croquetas de roquefort, el mar de las playas en invierno, la piel limpia, el Sr J a carcajadas,  la nieve crujiente bajo los pies, el cielo negro, contarle a mis nietos los miles de planes que vamos a hacer juntos y que se mueran de risa sin entender nada, Cantabria, mis cuatro especiales hermanos a los que adoro,  escribir con rotus de 0'7 mm negros o morados, los viajes " de chicas" con mi hermana Belén, las flores, ir de compras con mi hija y que todo lo que me proponga sean cosas para 90- 59-90 ( jajaha), la  compañía de teatro 300 Pistolas y lo orgullosa que estoy de ellos, descubrir lugares que no conozco de mi País los fines de semana, pasear por la noche por las ciudades silenciosas e imaginarme las casas por dentro de las ventanas iluminadas, la gente con sentido del humor, dormir en hoteles, las chimeneas de exterior, África, la suerte que he tenido en la vida,  el café que me hace el señor J por las mañanas, los picnics, las ciudades con puentes, la niebla, dibujar, la horchata de Valencia, abrir mi armario y que esté ordenadisimo y un poco pelado de ropa para no pensar, que me den masajes, que me laven y me toquen la cabeza ( ¿nos hizo o no nos hizo daño Memorias de África ?) el tiempo libre, leer por la noche en la cama mientras mi cuidad duerme, la feria del libro del Retiro entre semana, los globos terráqueos, los mapas y viajar con un dedito por mi enorme Atlas, el parmesano con regañás, el idealismo y el coraje de muchos jóvenes, el olor a jazmín, la sensación maravillosa de que te guste tu trabajo, cenar con mis amigos al aire libre,  las terrazas de Madrid, pisar la hierba descalza, estar con mis dos familias, bajar montañas, hidratarme con aceites maravillosos la piel, las sandalias planas, los helados de cucurucho artesanos, la gente con pecas, los planes, inventarme jabones y descubrir aromas nuevos, los hombres con barba y muy altos, despertarme con música, bailar con los pies pero sentada, viajar en coche de noche con un destino desconocido y el señor J al volante, la berrea, la gente valiente, la crema de calabaza y naranja que hace mi hermano Nacho, recordar a la gente que mas he querido, entender que la vida cambia en un segundo y es tan maravillosa como terrible y disfrutar del instante .